Navidad la mejor época del año, simplemente me encanta, sentir en la piel ese frío especial que al tocar cada poro de la cara te hace saber que empieza la mejor temporada del año, no sé qué magia envuelve a cada alma de este mundo en esta época, pero se siente en el ambiente la melancolía, la paz, la nostalgia, el amor y la bondad que logran en armonía que regrese a tu vida y a tu hogar toda la calma y la alegría que suele perderse a causa de los asuntos que nublan nuestra alma y corazón en el día a día.
Desde que tengo uso de razón y gracias a la influencia de mi madre, la navidad crea en mí cosas muy especiales, me siento de nuevo niña, anhelo el sabor y el olor del ponche, el encantamiento de las posadas, el encanto del brillo de las luces de bengala, la añoranza de la letra de los cantos navideños y por supuesto no puedo dejar de mencionar las asombrosas pastorelas que hacen que la fe nuevamente florezca en cada uno de nosotros.
Sin embargo en este mundo lleno de dolor, tristeza y personas que solo se dedican a lastimarte hechizan toda esa magia y la dejan estática ante la vibra de los demás y así fue como se transformó mi época preferida.
Era un 16 de diciembre lo recuerdo como si fuera ayer, me alistaba ya con una enorme barriga de 8 meses para ir a la gran aventura de la posada que se realiza cada año por parte de mi familia paterna, en esa ocasión me había tocado llevar las velas y las hojas de la letanía, cuando por arte de magia vibró muy cerca de mí un teléfono, raro pero cierto, él nunca por ningún motivo dejaba su celular y mucho menos cerca de mí, como toda mujer lastimada, herida y con mil inseguridades a su alrededor lo tomé y abrí el mensaje. En ese instante mi cabeza dio vueltas y vueltas, mi crisis de ansiedad se instaló dentro de mí y presionó tan fuerte mi pecho que no me dejaba respirar, solo pensaba, ¿Cuándo dejarás de ser tan tonta, débil y codependiente para poder exigir tu libertad y vivir tu vida? Pero por otro lado mi pensamiento era; tú te lo buscaste, ahora estas a nada de ser mamá y debes sacar la casta por este matrimonio y por tu pequeña, lo único que me daba consuelo en ese momento era aferrarme a la idea de que tenía que ser más astuta y luchar contra ella, su nombre: Dulce, por que debo de contarles que Mónica quedó atrás no sabría decirles qué pasó con ella, pero desapareció del mapa, aunque después vinieron muchas más.
Dulce era más joven, tenía unos ojos preciosos verdes aceitunados y tenía una forma de actuar que yo siempre he denominado como: “Sexosa” era una mujer que hasta en la mirada se le veía lo atrevida y sensual, ¡Claro! La conocí gracias a la foto que tenía en su perfil del Facebook; ahí inicie un infierno más, ya que también era muy intrépida, atrevida y vale madre ya que a cada momento le mandaba mensajes no importando la hora, el día o el momento, dejándome claro que estaba marcando su territorio y lo único que quería era que pronto la descubriera, su objetivo principal destruir una familia (aunque en realidad ya estaba rota).
El primer mensaje que descubrí de ella decía algo así: Amor mío, no sabes cuánto te extraño, añoro que ya sea lunes para poder sentir esas mariposas que siento cada vez que te veo pasar y poder estar nuevamente juntos, gracias por la semana que me hiciste pasar, TE AMO. Lo primero que pasó por mi mente después de que pude ganarle la batalla a mi crisis de ansiedad, y lograr controlar mis manos que temblaban como un terremoto, fue maldecir el cómo alguien podía utilizar TE AMO como un “hola” pues es una palabra sagrada que requiere tiempo, sacrificios, alegrías, momentos fuertes, risas, etc., antes de poder si quiera pensarlo. Haciendo cuentas ellos llevaban máximo dos semanas saliendo, es decir estaban en la magia del amor donde todo es estúpido pero maravilloso, en donde no ves más allá de la perfección del otro y de cómo las mariposas te consumen el estómago. Era sorprendente darme cuenta cómo él nuevamente estaba enamorado y disfrutaba lo que tantos anhelamos cuando ya se pierde en una relación el atractivo del enamoramiento.
En fin seguiré con mi historia, al poder negociar con la calma, respire y me arme de valor, él estaba lavando su coche, tuve tiempo suficiente de buscarla y conocerla por foto ya que vivíamos en un pequeño departamento que estaba hasta el tercer piso, la ventana de la habitación quedaba frente al cajón de nuestro estacionamiento, así que mientras miraba lo podía ver perfectamente y eso me permitió controlar la situación de poder seguir revisando sus conversaciones, sus llamadas y sus fotos. Cuando regresó a casa y entró a la habitación yo estaba desmoronada sin embargo lo confronte y le dije que no era posible que me estuviera jodiendo de esa manera la vida, solo recuerdo gritos y un empujón que me llevó a quedar tumbada en la cama y un ¡Estas bien PINCHE LOCA Y ENFERMA DE CELOS! Acto seguido estaba sentada sola en la banqueta que está frente a la casa de mis padres llorando como Magdalena sintiéndome la más culpable por haberle reclamado, con la panza super dura de tanto llorar, y por primera vez sentí lo que siente un alcohólico después de perder la conciencia. No recuerdo nada más, el cuerpo como mecanismo de defensa bloquea todo aquello que te deja una marca en el corazón.
Ese año mi navidad estuvo adornada con lágrimas, esperanzas fallidas, sueños rotos y un enorme dolor que me consumía desde la cabeza a los pies. Pero también me dejó un gran aprendizaje, el disfrutar las cosas aunque estés sola y es aquí donde te dejo algunos consejos para que vivas, disfrutes y goces todo lo que quieras a pesar de que no tengas una compañía:
Aprender a estar solo: No es lo mismo estar solo, que sentirse solo, la diferencia tiene mucho que ver con nuestra actitud, no se trata de “correr buscando la compañía de los demás, porque seamos incapaces de estar solos”, ni tampoco de mantener relaciones tóxicas con personas que no nos aporten nunca “positividad, alegría y optimismo”. Por ello es importante aprender en primer lugar a saber estar bien estando con uno mismo.
Tener una mascota: Sentirse acompañado no solo depende de estar con otras personas. A veces una mascota aporta mucho más que un compañero que nunca está en casa.
Ayudar a otras personas: Si no solo queremos dejar de sentirnos solos, sino también sentirnos mejor con nosotros mismos, otra idea es salir de casa para aprovechar nuestro tiempo ayudando a los demás, esa también es la magia de la navidad.
Conectar con las personas de tu alrededor: A lo largo del día lo cierto es que tienes la oportunidad de interactuar con muchas personas de tu alrededor, aunque quizás no te habías dado cuenta, valora a tus padres, a tus hijos, a tus verdaderos amigos ya que muchas veces las relaciones tóxicas te alejan de ellos, si haces esto nunca más volverás a sentirte sola.
Huir de los pensamientos negativos: Hay personas que realmente se sienten solas, y otras que creen que deben sentirse mal por estar solas. La presión social hace que el ideal de vida sea tener una pareja o una familia, o tener muchos amigos, pero no todo el mundo ha de encontrar su felicidad de la misma manera. Así que es esencial no obsesionarse con esos pensamientos negativos. Confía en ti y recuerda que no necesitas a nadie que no quiera estar en tu vida para no sentirte sola te tienes a ti misma.
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