Noche de baile


Estamos en familia disfrutando una linda lunada, estoy en éxtasis me siento muy plena y feliz estoy cantando y bailando con mis tres chamacos y mi querido esposo, hace tiempo que no disfrutábamos juntos un momento tan emotivo en especial por que nuestra adolescente y sus cambios de humor hacen que vivamos nuestros fines de semana como en una montaña rusa, pero hoy es diferente ella se ha prestado desde la mañana a compartir un día único e inolvidable y también es importante señalar que Luis se inyecta de este comportamiento y cuando me doy cuenta no solo tengo tres hijos sino cuatro en donde me ponen entre la espada y la pared, pero eso señoritas es para contarlo y compartirlo en otro instante.


Me empiezo a transportar como es mi costumbre en mis pensamientos cuando alguien rompe mi momento y me dice mami bailas conmigo esta pieza.. ¡Dios! Es salsa… minutos después me siento molesta, frustrada y muy enfadada, mi Pepe grillo me dice hazlo es tu princesa la que te pide bailar con ella; pero mi pasado me traiciona y me hace sentir ese hueco en el estómago y sin querer inmediatamente me encuentro sumergida en aquel día donde fui humillada, criticada y rechazada por no saber bailar salsa al ritmo de él. 


Fue un día único ya que de la nada llego temprano muy raro en él y más aún por que era vienes, me dijo arréglate saldremos a bailar con mis colegas del hospital, en verdad eso me puso muy nerviosa pues nunca había convivido con ellos, es más ni siquiera tenía el gusto de conocerlos, así que puse todo de mi parte para verme lo mejor posible, sin embargo había un problema; nunca le gustó mi manera de vestir, quería verme siempre con faldas cortas y tremendos escotes, esto siempre me hizo sentirme incomoda, no me agradaba en lo absoluto pero nunca decía nada y seguía sus indicaciones, es más llegó el momento en donde él escogía mi atuendo al momento de salir.

Salimos en ese momento creo que contentos y dispuestos o por lo menos dispuesta a pasar un momento agradable, a mi desde niña, me encanta bailar no seré la mejor pero si que lo disfruto.


Llegamos a un lugar muy distinto al que estaba acostumbrada a ir cuando era soltera y salía de farra con mis primos y hermano, desde que entramos la música en lo absoluto me gusto… el género… SALSA, las personas eran mayores, no olviden que él me llevaba casi nueve años, pero aún así me propuse divertirme, llegando a la barra estaba un grupo de personas, algunos hombres y más mujeres; no olvido sus miradas y sus susurros entre ellos definitivamente no encajaba en ese grupo, me miraban como un bicho raro , no mejor dicho como un juguete de él, ahora lo se.




Después de la obligada presentación y esbozar un a falsa sonrisa cada vez que saludaba a una nueva persona; empezaron a pedir tragos y peor me miraron cuando se enteraron que no fumaba y no era partidaria de la bebida pero no es mi culpa nunca me ha gustado, es más hasta la fecha sigo sin fumar y tomar.


Empezó la hora del baile y a pesar de que la música no era de mi estilo mis pies se alistaban para sacarle humo al piso, pero cual fue mi sorpresa que no fui la primera en bailar, él decidió iniciar su noche bailando con alguien más entonces imagínense que aburrida me di, pues todos en la barra hablaban de cirugías, guardias y cosas que para mi en realidad eran muy pero muy triviales, estaba por morderme los labios para no bostezar cuando por fin!! Se dignaron a verme y sacarme a bailar, horror… no me acomodaba y constantemente lo pisaba, así que empezó el calvario de las ofensas “no es posible que no sepas bailar, pareces una escoba sin ritmo, me estas dejando en ridículo frente a mis amigos, olvídalo mejor vete a sentar” y en ese momento se acabó mi noche de baile y les di más herramientas a ese grupo de víboras para destazarme viva. 


Me fui a sentar, nuevamente estaba sumergida en un ambiente hostil pero a la vez agradable porque fui ignorada por todos ellos y así pude estar tranquila y en paz; en ese instante me quedó claro que ese genero jamás estaría en mi checklist.


Nuevamente una voz me sobresalta y rompe mis recuerdos, entonces Ma’ ¿Bailas conmigo o no?, lo único que se me ocurrió contestar fue la salsa no me gusta mi vida pero si quieres con gusto bailamos otra canción. Cuando intente cambiar la respuesta sus ojitos llorosos me hicieron sentir la peor madre del mundo, pero esto no fue lo peor, me destrozó cuando me dijo ¿No bailas salsa porque es lo que más le gusta bailar a mi papá, verdad? 


Afortunadamente Lia ya es más grande y puede entender que hay cosas que dejaron una enorme marca en mi vida… solo me abrazo y me susurro al oído… ¿Algún día me contarás todas las huellas negativas que mi papá dejó en ti? La abrace y con un hilo de voz le logre contestar… el día que tu me lo pidas lo haré, pero quiero que sepas que la huella más importante que él me dejó y me regaló FUE, ES Y SERÁ TU VIDA mi cielo, eso es lo único que importa, en ese instante sus ojos brillaron y mi corazón palpitó a mil por hora.


“Siempre de lo más tenebroso, obscuro y difícil de superar nace, se crea y se despliega lo más tierno y maravilloso que una persona puede tener”. SGN




 

Comentarios

  1. Wow, hermoso. La verdad están hermosas estas historias, el saber q eres una persona tan valiosa e importante para esas personitas q t dicen "mamá" es el mejor regalo q una puede tener, gracias x compartir todo esto con nosotras.

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