Cuántos de nosotros no tenemos en la mente aquel amor de niños que nos hacía sentir algo raro pero que no comprendíamos que era; por ello molestábamos a esa linda niña de trenzas o le sacábamos la lengua a aquel niño que al verlo nos paralizaba.
Recuerdo que siempre tuve un afecto muy especial por un niño que con el solo hecho de verlo las mejillas se me volvían como dos granadas, solo sentía como un calor recorría mi cuerpo pero siempre se quedaba estancado en mi cabeza eso definitivamente lo odiaba porque no faltaba aquel que me gritaba apaga ese foco, tendría 12 años cuando lo vi por primera vez; o mejor dicho me empezó a llamar la atención, pues al igual que yo somos oriundos del mismo pueblo.
Después de años la vida me obsequió el poder coincidir con él y poder charlar de muchas cosas, debo de mencionar que ese día confesó que yo siempre le gusté pero que nunca supo cómo expresar lo que en realidad sentía. Ahí de nuevo entro yo; cada vez que lo veía solo podía detectar un tremendo rechazo hacia mi persona, en aquel entonces lo único que yo quería era jugar con el grupo de niños para poder estar cerca de él.
Debo ponerlos en contexto como somos del mismo lugar nuestras familias venían siendo algo cercanas no mucho pero si, por lo que compartimos varias reuniones, en una ocasión se reunieron para formar parte del Club de Leones, una asociación que reúne fondos a través de diferentes actividades para poder ayudar a los más vulnerables, recuerdo que en esa reunión estaba su mamá, desde entonces me imponía, era de un carácter muy fuerte pero también era muy hermosa y muy elegante, recuerdo que siempre estaba perfectamente maquillada, su aliño era intachable, ese día al estarla mirando me imagino que sintió mi mirada por lo que me esbozó una hermosa sonrisa, a pesar de que era muy sutil y amigable conmigo siempre me estremeció el estar frente a ella. Yo era sumamente apegada a mi mamá mientras que mi hermano siempre ha sido el típico niño popular que hace amigos hasta debajo de las piedras, por lo que me habría paso para poder con mi tonta timidez integrarme a un nuevo grupo, ese día no fue la excepción, sin embargo todos eran hombres se la pasaron jugando futbol por lo que mi plan macabro de estar cerca de aquel niño; no funcionó.
Además después de detectar que no le era agradable mi compañía deje de buscar la oportunidad de jugar con él; pasaron los años y aun recuerdo como si fuera ayer que cada vez que pasaba por su casa e iba acompañada de alguien mi corazón se aceleraba, me ponía roja como tomate y enmudecía al instante. En verdad no lo entendía o simplemente no lo quería ver, pues estaba claro que ese chico provocaba en mí una revolución.
Sin embargo el destino tenía planes para los dos en una ocasión tocaron la puerta de la casa que en aquel tiempo era la casa de mis papás, cuando abrí, estaba él con un amigo en común ya que necesitaba mi libro de álgebra y la verdad como era super ñoña estaba casi todo resuelto, cuando vi a Vilchis me dio mucha risa porque siempre me lleve muy bien con él, pero al momento que mi mirada chocó con la de Axel nuevamente enmudecí; ¡Carajo! Era como una maldición, no podía controlarlo y obvio me puse como tomate, cuando me pido mi libro le dije como pude que con mucho gusto, de repente sentía como un picaporte la mirada de Vilchis y cuando logré verlo de reojo tenía una sonrisa burlona en su boca, creo que sabía perfectamente que es lo que estaba sucediendo en ese instante.
Después de ese día empezaron las llamadas, debo confesarles que nunca me imaginé que Axel tuviera interés en mi, pero al momento que se atrevió a llamar a mi casa no importando quien pudiera contestarle, supe que ese arroz se estaba cocinando.
En aquel entonces Vilchis era pareja de una amiga, la cual una tarde me llamó para ir a Galerías a comer unos churros por mi mente paso el “que flojera” hacía mucho tiempo que no estábamos en contacto pero cuando me mencionó que iría Axel todo el escenario cambió y por supuesto que le dije encantada ¿pasas por mi?
El propósito estaba muy bien planeado pues quien pasó por mi fue Axel y Ale iba en otro coche con Vilchis creo que por primera vez sentía como mi corazón estaba apunto de salirme por la boca, mis piernas temblaban como gelatina, recuerdo que, me abrió la puerta, me dio la mano para poder sentarme cómodamente y nos marchamos.
El camino se me hizo inmenso pero a la vez super corto, ¡Por Dios! tan solo tenía 17 años; platicamos de todo y nada, pero fue un lindo momento. Saben me hubiese gustado que en ese momento hubiera tenido una guía para saber cómo actuar, esa fue la primera relación en donde rompí mi yo y mi esencia.
Me gustaba tanto que no me importaba dejarme en segundo término y perder mi autenticidad, a pesar de tenerlo en un altar cuando empezamos a salir no pude ver claramente que era un chico que se sabía muy guapo y sentía con el derecho de humillar o hacer ciertos comentarios que me dejaban helada, uno de ellos fue el que le molestaba que fuera tan sonriente; me lo expresó muy concreto: “Sabías que una dama no se ríe a carcajadas” en realidad yo era muy simple y más cuando me ponía nerviosa, desde aquel día dejé de hacerlo, también me hizo una pequeña herida en mi corazón cuando me comentó que ya no quería más pasteles en nuestro mesesario en definitiva lo harté y lo hostigue; creo que al escribir estas líneas me ha quedado muy claro lo cursi que puedo llegar a ser, hasta yo misma me empalague, sin embargo soy creyente de que puedes decir las netas pero con otro tono o forma para no lastimar.
Mi abuela decía que siempre en una relación hay alguien que ama más y en definitiva este era mi caso, dejaba TODO lo que estaba haciendo por él, movía montañas para verlo no importando de quien o de que me alejaba, y esto nunca fue recíproco; creo que desde la primera relación uno debe tener claro que sí y que no estás dispuesta a tolerar ya que a partir de ahí podemos ir fomentando nuestra autoestima y seguridad como seres únicos e independientes, no puedes dejarle la responsabilidad al otro de hacerte feliz, ¡ESO YA NUNCA MÁS!. Es necesario saber poner límites, reglas y llegar a acuerdos que van hacer crecer una relación y aquí les comparto una verdad sencilla: todas las relaciones saludables tienen límites saludables.
Los límites y las reglas no son restrictivos, al contrario nos brindan la libertad para expresar necesidades y valores mientras que también respetas las necesidades y valores de tu pareja. Poner límites es:
- El antídoto fundamental a la codependencia emocional.
- Un prerrequisito para el bienestar emocional.
- Una habilidad que se puede aprender y que determina el éxito de cualquier relación.
Es de suma importancia que todas las parejas puedan establecer límites en áreas como:
- Privacidad personal, tiempo con uno mismo, amigos, familiares y compañeros.
- Comunicación asertiva, es decir clara y concreta .
- Autonomía emocional .
- Espacio físico.
- Reglas en la relación; la expectativa de lealtad y fidelidad, confianza y respeto.
Se preguntaran y como puedo poner estos límites, espero que la fórmula que te voy a compartir te sea de utilidad:
- Tener comunicación clara. A veces el miedo a la reacción del otro nos detiene a ser claros y pedir claridad de lo que se espera de la relación, y esto es básico por que con ello te puedes evitar muchos malos entendidos y luego entonces dolores de cabeza.
- Identifica lo que es importante para ti en la relación y en la vida.
- No le temas a expresar tus necesidades y a escuchar las del otro.
- Claridad en las consecuencias. Una vez que tu pareja y tú hayan discutido sus límites, lo que debe pasar y lo que nunca debe pasar para que la relación sea exitosa.
- Si tu relación va más allá del noviazgo; busca ayuda profesional. Poner límites es difícil y a veces requerimos la intervención de un mediador. Consultar con un psicólogo matrimonial u otro profesional puede ser sumamente benéfico.
No olvides que la ayuda profesional te permite:
- Identifica tus límites y su relación con tus valores y necesidades.
- Usar herramientas y lenguaje para comunicar tus límites de manera asertiva.
- Establecer consecuencias apropiadas.
Para finalizar nunca olvides que debes identificar y saber cuándo terminar con una relación, recuerda que siempre te debes poner en primer lugar y si lo que en este momento tienes te lastima y te hace ponerte en segundo lugar NO ES AHÍ.
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